1. La visión trascendental
Ni nos imaginamos cómo es que a muchos kilómetros de distancia, un águila puede observar su presa, ir por ella y cazarla. Este animal posee una habilidad enorme de remontarse sobre las alturas y luego atacar con precisión, lo que será su alimento.
Nuestra capacidad de observar está limitada a cierto rango y no nos permite ver los detalles en la lejanía. Y es que a veces ni siquiera tenemos la capacidad de utilizar nuestra visión para ver más allá de nuestras narices, ya sea porque no tenemos claro nuestro propósito en esta tierra o porque no aprovechamos nuestras posibilidades para ir hacia la meta.
Ver más allá del presente, planteándonos metas, ideales, un propósito de vida, eso es a lo que llamo visión trascendental. Una visión que sobrepasa lo posible para convertirlo en posible.
Trascender es ir más allá; ir hacia donde no van los fracasados, los débiles ni los mediocres. Es sinónimo de propagarse, repercutir y esparcirse. Es contaminar a otros con una chispa optimista del futuro. Visión trascendental, en palabras del apóstol Pablo, es ver con los ojos espirituales, lo que no vemos con los naturales.
Trasciende, ve más allá, sueña en grande y conquistarás en grande. Dios dará forma a tu visión para que no se quede ahí, sino que se propague, repercuta en los demás y se esparza por el mundo dando aliento de vida a miles….
¡…. Y verás mucho más que un águila! |